<<A la tercera llegó la primera victoria liguera de un Independiente que hizo los deberes en la primera parte y se durmió en la segunda, afortunadamente sin consecuencias en el marcador, algo que debe servir de aviso para futuras ocasiones>>
Llegaba la Burdeos herida tras la contundente derrota de hace siete días ante el Vallecas C.F., una Burdeos con ganas de demostrar que tiene más fútbol en sus botas y que un equipo al que le han tocado el orgullo puede ser muy peligroso.
De esta manera, los de Carlos Castellanos saltaron al verde del Wilfred Agbonavare con una actitud ofensiva, bien plantados en el terreno de juego y haciendo, mediante el dominio territorial, que todo el duelo transcurriera en la mitad de campo visitante.
El goteo de ocasiones locales era constante: Xavi con un remate excesivamente cruzado, Alberto con una vaselina que se salió lamiendo el poste, un gol anulado a Abdoulaye por fuera de juego, dos ocasiones de peligro de Asier que no pudo concretar… pero el gol no llegaba. Había que ajustar el punto de mira.

Mientras tanto, Daniel Padilla, que hasta el momento estaba siendo casi un espectador más, iba a tener el primer susto de la tarde: un córner sacado en corto por el Atlético Vallecas lo remató desviado el atacante visitante ante una defensa burdeos que no estuvo con la activación necesaria para reaccionar y evitarlo.
Como si este aviso hubiera espoleado a los locales, inmediatamente después llegó el tanto que rompería el cerrojo rojiblanco. De ese mismo saque de puerta, un mal despeje visitante hacia atrás lanzó en carrera a Isma, que recortó hacia adentro dejando pasar a su marca y levantó el cuero por encima del guardameta atlético. Como no podía ser de otra manera, el balón entró con suspense, previo toque en el travesaño, si bien es verdad que, en caso de no haber entrado, Asier había llegado para empujarla a las redes.
En la jugada siguiente, el propio Isma casi dobla la ventaja, pero, tras superar al portero con un toque sutil, el extremo burdeos vio cómo el defensa visitante rebañaba el balón casi en la línea de meta, antes de que se colara.

Por suerte para la Burdeos, el 2-0 no se haría esperar y, sin solución de continuidad, subiría al marcador apenas un minuto después. Tras irse de su marcador en una buena jugada individual por banda izquierda, Ángel encontró a Asier en la frontal del área y, de la disputa del mediapunta vizcaíno con el central, el balón quedó en disposición para que Xavi, llegando desde atrás, recogiera la involuntaria asistencia y definiera ajustado al palo largo.
Se llegaba de esta manera al descanso, en un duelo en el que, por sensaciones y por marcador, parecía estar todo controlado.

Pero en el fútbol de nada sirve el pasado si, cuando vuelve a rodar el balón, no pones las mismas ganas e intensidad que tu rival. Por muy superior que hayas sido durante la primera parte, todo se puede ir al traste si tu predisposición competitiva no es la adecuada en los segundos 45 minutos.
Así, la segunda mitad se empezó a jugar cada vez más en la zona defensiva local, teniendo incluso que intervenir en varias ocasiones de manera acertada Dani Padilla.
Especialmente reseñable fue una doble intervención poco después de salir de los vestuarios, primero con una gran estirada y después haciéndose enorme para, con la cara, tapar la segunda intentona visitante. El choque podría haber dado un vuelco de 180 grados si, con la dinámica en la que estaba entrando, y con más de 40 minutos por delante, Atlético Vallecas hubiera conseguido recortar distancias. Por suerte para los locales, el veterano guardameta burdeos mantuvo inmaculada su portería.

Los minutos transcurrían e Independiente no salía apenas de su campo, siendo incapaz de mantener una posesión o de amenazar a la contra para que su rival no se sintiera tan cómodo en la búsqueda de la remontada.
Fue aquí, cuando menos lo merecía, cuando la Burdeos mataría el encuentro. Fran se inventó un pase de otro partido, de otro momento, de otra dinámica y, desde su propio campo y dando una comba perfecta para evitar el corte del central atlético, puso en un mano a mano a Xavi para que el atacante valenciano eliminara al portero rival con un sutil recorte hacia afuera y definiera plácidamente poniendo el que, a la postre, sería el 3-0 definitivo.

Quedaba aún media hora de juego y, sin con 2-0 el equipo local pecó de conformista, con 3-0 se dedicó a dejar que pasaran los minutos, lo que pudo haberse traducido en algún susto de última hora.
Del lado local, lo poco destacable de los últimos minutos fue, por un lado, el debut de Imer Moreno, que salió para aportar frescura, intensidad y esfuerzo en la primera línea de presión burdeos; y, por otro, que a pesar de todo se consiguió dejar la portería a cero en un partido que tiene que ser un aviso a navegantes: los encuentros duran, mínimo, 90 minutos, y hay que competirlos desde que se llega al vestuario y hasta que uno está en la ducha.

El próximo domingo, 2 de noviembre, visitamos a Dragones de Lavapiés en el campo del Colegio Aragón, en Palomeras, con el objetivo de dar continuidad a esta victoria y a las buenas sensaciones de la primera mitad.
La Burdeos formó con Dani Padilla, Fran (Diego Pereira, min. 77), Chusé, Navas, Alberto, Abdoulaye, Álvaro, Asier, Isma, Ángel (Imer, min 68), Xavi. (Javi Moz, portero, permaneció en el banquillo).