
Me paso la vida sin hacer nada útil (…) levantando con eso un castillo de naipes que se me derrumba cada dos por tres. Plaf, todo al suelo. Pero recomienzo, sabe usted. Recomienzo”
Julio Cortázar
Independiente escribía el segundo capítulo de su resurrección en el mismo lugar donde jugó el primer partido oficial de su historia. A una hora donde la chavalería ya tira para casa, cansados de instituto y entrenamiento, la parroquia burdeos (una treintena larga) brindó por la desaparecida cantina donde celebró el nacimiento de su club.
Muchas caras nuevas en la formación visitante, fácilmente reconocibles por lucir números de tipografías diferentes en sus camisetas; cosas de la serigrafía. Nuevos números para ir olvidando pasados ‘numeritos’.
El equipo de Arroyo y Castellanos salió enchufadísimo al césped de La Torre. Calderón en la media punta y un estajanovista Javi González en la delantera se cargaron con la responsabilidad de mostrar el camino a los novatos.
El Vallecas C.F. buscaba en balones largos quitarse la presión y que sonara la flauta. Y casi en la primera que tuvieron, sonó, por medio de Al Llabili tras un rechace en el área pequeña. Tocaba seguir remando con más corriente en contra. Diez minutitos y varias ocasiones clarísimas hicieron falta para que Calde clavara el empate de derechazo. Rapidito al centro del campo, que aquí hemos venido a ganar.
Independiente mostró una alegría y hasta un descaro que hacía tiempo que no se le veía. De las nuevas caras el burdeísmo se empezará a enganchar el insondable Isaac Mosquera en la banda derecha o a Asier Foruria, que se pasó la noche multiplicándose por todo el centro del campo. Las piezas necesitan tiempo para ir conociéndose y engranándose, pero son evidentes la calidad, las ganas y la sensación de haberse quitado un peso de encima.
El filial del Vallecas C.F. fue haciéndose poco a poco con la iniciativa, apoyados en una banda derecha de Issque Koulibaly y Michel González. Hasta que un maravilloso disparo a más de veinte metros del arco burdeos, lo clavó el 14 vallecanista, Yushiro Honda. Para que luego digan que lo de la precisión japonesa es un tópico. Si en vez del popular curling, nos “echaran” la Tercera Regional por la tele, el golazo del nipón abriría telediarios.
Acaba la primera parte con la retirada del debutante Jhon Valencia lesionado. Se esperan cosas buenas del nuevo “10” burdeos, al que le pudieron las prisas por agradar. Vendrán días mejores para el delantero colombiano, seguro.
Tras la reanudación, la Burdeos se sabe capaz y vuelven las ocasiones. Llega el gol de Javi González, su gol, el que se llevaba mereciendo todo la noche. El empate abre el partido y empiezan a caer las ocasiones por las dos áreas. Mientras los locales se vuelcan por la izquierda con el habilidoso número 15, en Independiente desborda Ávila y trabajan a destajo Antúnez y el debutante Walter.
El larguero, el muy judas, nos negaría el gol tres veces. La última, ya con el tiempo cumplido, repeliendo una falta directa colocada por Calde con una delicadeza quirúrjica. Mecachis, qué cerquita estuvo.
Al final, reparto de puntos en una divertida noche de fútbol vallecano de la que Independiente se lleva también el saborcillo amargo de las ocasiones falladas. Un club centrado en su objetivo natural, que no puede ser otro que jugar al fútbol y hacerlo lo mejor posible. La mejor victoria es poder seguir compitiendo.
* Agradecer la generosidad del Vallecas C.F. por su comprensión y las facilidades a la hora de aplazar este encuentro. Una entidad histórica que enseñorea el nombre del barrio con su trabajo y su actitud. Gracias, de corazón.
Independiente formó con: Javier Muniesa; Isaac Mosquera, Leyson Gasca, Martín Echeverz, Jorge Ávila; Carlos Antúnez, Asier Foruria; Iván González, Álvaro Calderón, Jhon Valencia; Javi González.
Ingresaron: Walter González, Enrique Ramos, Aaron Redondo y Jeremy Arranz.