
Independiente llegó al Wilfred Agbonavbare con una buena noticia: tanto Españoleto «B» como Santa Eugenia (líder y colíder del grupo 14, respectivamente) habían perdido. Una victoria burdeos, por tanto, servía no sólo para adelantar a su rival, sino también para recortar distancias de forma notable con los puestos de ascenso.
Por si fuera poco, a los 10 minutos de partido se encontró con una ventaja (quizás excesiva) de dos goles: Unai Manso aprovechó un regalo local primero y una pena máxima despues. Todo de cara, pues, para dar un puñetazo sobre la mesa con un paso al frente.
Pese al inmejorable contexto, Independiente dejó pasar la oportunidad. Se fue al descanso con un valioso 0-2, pero no supo proteger el botín y acabó cayendo por 3-2 ante un Inter Victoria que a base de garra, lucha y orgullo se llevó un triunfo merecido. Precisamente eso fue lo que le faltó al cuadro burdeos, al que paradójicamente la ventaja, en lugar de darle tranquilidad, le generó inseguridad y ansiedad. Se podría decir incluso que en la segunda parte no compitió, quedando a merced de un rival inteligente a la hora de jugar sus cartas.
Lo único rescatable fue el ilusionante debut del joven delantero David Prager, último fichaje del Club. El jugador, de 19 años, dio muestras de su nivel en los 30 minutos que disputó.
Independiente formó con: Ervin Negron; Alex García (Daniel Vivancos, 76′), Javier Zapata, Martín Echeverz, Isma Zapata; Mario López-Rey, César Blas (Leyson Gasca, 67′); Pedro García (David Prager, 61′), Zuzen, Carlos Sabroso (Gerard Dos Santos, 61′); Unai Manso (Javi González, 76′).
No utilizados: Javier Muniesa y Álvaro Calderón.