
Soleada mañana de invierno con poca presencia en las gradas de La Unión. Por no presentarse casi ni se presenta el equipo local, porque cualquier parecido con el Independiente que la jornada anterior presentó candidatura al ascenso en Palomeras es más cosa de imaginación que de casualidad.
Y es que si los que se acercaron ayer al feudo burdeísta hubieran tenido algún indicio del bodrio que se iban a tragar, tiran de excusa coronavírica como se ha hecho estas navidades para evitar reuniones indeseables.
Un once titular, todo sea dicho, que venía condicionado por las ausencias, especialmente en el centro de campo. Galones para Calderón y brega para Javi Zapata y Odei.
El marcador se abre en el 13’ con el tempranero gol de Pedro García, que no ayudó en absoluto. Todo lo contrario, Independiente se contagió del colista y, en un delirante juego de espejos, ya no se sabía quién cerraba la tabla y quién luchaba por el ascenso.
El Victoria, que tenía poco que perder, se empieza a estirar por banda izquierda con Alfredo Santos y Anthony González. El gol de este último en el 34’ fue cualquier cosa menos una sorpresa.
La cosa se podría haber complicado mucho, pero ahí apareció, apenas dos minutos después, el muy milagrero San Unai (Manso), para rematar una contra con una vaselina de 20 metros que se coló por la escuadra del palo largo. Tras lances de esta calidad, en otro tipo de cosos, se sacan pañuelos y se rebanan orejas.
Bronca morrocotuda en vestuarios. Y es que era el propio equipo quien no sabía qué demonios le estaba pasando y por qué no se encontraba. Tras el descanso, Independiente salió al campo con otra actitud. Buenos propósitos que le duran a los locales diez minutitos escasos.
Que el rival no proponga absolutamente nada tampoco ayuda, claro, pero la falta de personalidad (rayana en la abulia) mostrada durante gran parte del encuentro por Independiente fue incomprensible.
Así, cayeron dos goles más. Y digo “cayeron” porque parecía que caían de maduros más que fruto del juego del equipo. Unai en el 48’ resolvía un barullo en el área y Pedro García marcaba, expeditivo, un penalti que él mismo había provocado para cerrar el marcador en el 57’. La actitud y los goles del 17 son de las pocas notas positivas que dejó el encuentro para Independiente.
Total, que más nos vale entender “esto” como parte de la resaca vacacional, anotar el resultado (excelente), resoplar y pasar página. Que no hay más que mirar la clasificación para ver que queda tela marinera y el próximo domingo se visita a un rival directo, El Nueva Castilla.
Independiente formó con: Javier Muniesa; Alberto Jiménez (Jorge Saguar, 65′), Leyson Gasca, Martín Echéverz, Jorge Ávila (Álex García, 65′); Odei González, Javier Zapata; Fer García, Álvaro Calderón (Isma Zapata, 80′), Pedro García; Unai Manso (Daniel Vivancos, 70′).
No utilizado: Ervin Negrón.